martes, 29 de diciembre de 2015

Confesiones de fin de año (o un "anti balance")


En las redes sociales en las que suelo incursionar, estoy viendo estos últimos días la proliferación de balances anuales, ya sea escritos o a través de hermosas imágenes iluminadas y coloridas.
En un momento pensé en hacer algo así pero luego, viendo que me costaba un poco (en particular en esta época) ser tan extremadamente positiva (mea culpa) pensé en sincerarme un poco y hacer de este post un anti balance anual.

Esto no quiere decir que me convertí súbitamente el “el grinch de los balances anuales”, al contrario, simplemente quiero exponer mi punto de vista de esta división temporal tan arraigada en nuestro inconsciente colectivo.

La gente que me conoce lo sabe y a la que no les cuento que las fiestas y fines de año me ponen un poco nerviosa, no tengo idea por qué pero la combinación “fiestas – calor extremo - ponerbuenacaraporquesonlasfiestas “ me estresa un poco. En general soy criticada bastante por eso y no sé por qué ya que no denosto los festejos (asisto religiosamente a cada uno en el que se requiera mi presencia) y tampoco critico a las personas que realmente lo disfrutan. Creo que la crítica reside en que cometo el error de contarlo…

Este es mi anti balance sincero de este año, aunque en realidad no es un balance, solo por esta vez les cuento algunos de mis defectos y virtudes (o viceversa, según quien lo lea ;):

-  Soy un persona simple, me ponen felices las cosas simples (a veces en igual medida que los grandes logros). No creo que eso cambie después de las 12 de la noche del 2015.

-  Lo más importante en mi vida es mi familia y más específicamente mi hija. Mi vida la doy por ella y eso no va a cambiar nunca y vale para todos los años venideros.

-  Fui feliz al extremo y también caí al fondo de la tristeza (pero, ¿no es así la vida?)

-  Tengo 42 años y no me importa decirlo.

-  Tengo un romance violento con la ciudad, con las ciudades, ellas y yo nos entendemos.

-  Soy mal hablada pero sé donde no serlo.

-  Tengo un tatuaje en mi antebrazo que dice “Lealtad” y es porque es uno de los valores que mas aprecio.

-  Muchas veces veo la vida desde otro punto de vista lo cual me ha traído problemas pero también alegrías.

-  Caigo bien o caigo mal. Nunca caí “mas o menos”.

-  Defiendo con uñas y dientes a los que quiero; ataco con uñas y dientes a los que dañan a la gente que quiero.

-  En invierno, duermo con uno de mis gatos adentro de la cama (lo abrazo y me duermo con su ronrroneo).

-   Puedo ser amiga del mejor y también del peor.

-   Creo en Dios y en la ciencia por igual.

-   Me cuesta perdonar algunas cosas (a veces no lo logro).

-   Mantengo mis sueños intactos pero antepongo los de mis seres queridos (por decisión propia y sin resentimientos).

-   Tengo días “Doris Day” y días “Ziggy Stardust”.

-   Uno de mis pocos momentos de descanso es cuando tejo y lo hago mientras miro películas de tiros (increíblemente es una combinación relajante para mí).

-  Leo de todo, culto, superfluo y no me importa decirlo tampoco.

-  Detesto con cada fibra de mi ser las bicisendas.

-  No puedo dormir de noche de corrido (mi mente sigue y sigue).

-  Temo permanentemente que algo malo pase, me alegro permanentemente que algo bueno pase.

-  Soy positiva (hasta cuando estoy triste).

-  No me gusta la poesía y prefiero los cuentos y novelas que terminan mal.

-   Abrazo mucho a la gente aunque sean compañeros de oficina, madres del colegio o alguien que me dá una buena noticia. Esto a veces avergüenza a mi familia pero realmente a mí no me importa porque un abrazo es siempre agradable, ¿o no?


Termina así mi pequeño confesionario virtual, volveré en un próximo post con otro tutorial para mostrarles y les deseo, de todo corazón, mejores y felices cosas para los tiempos que vienen, empezando ¡ya!

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